Reconocer que una sustancia puede estar contaminada, aunque no se reconozca a simple vista.
Identificar que el grado de toxicidad está en función de las características del organismo, en este caso se da énfasis a la resistencia a la bacteria, así como a la cantidad de sustancia tóxica a la que dicho organismo se ve expuesto.
El recurso permite clasificar diferentes sustancias como electrolitos fuertes o débiles de acuerdo con su capacidad conductora dentro de una celda electrolítica.