El arte divino y el terrenal |
Comenzamos nuestra exploración de la razón áurea hablando de las proporciones del cuerpo humano. En efecto muchas de las proporciones de nuestro cuerpo corresponden a la razón áurea. Esto podría parecer una coincidencia rebuscada, como las que suelen mencionar los expertos en el fenómeno OVNI respecto a la gran pirámide de Egipto; pero aparentemente no es así. No sólo el cuerpo humano parece seguir patrones áureos, hay muchos otros seres vivos que también parecen estar construidos teniendo a f como pauta.
En el cuerpo humano f aparece un sinnumero de veces, las proporciones que tomamos en nuestra página inicial son sólo una pequeña muestra. Algunas más aparecen en las siguientes ilustraciones, en las que hemos trazado rectángulos áureos sobre el rostro y el cuerpo. Sobra decir que Leonardo Da Vinci, el autor del dibujo que hemos usado aquí, conocía f y sus vínculos con las proporciones humanas.
En otros seres vivos también existen vínculos con la razón áurea. En las plantas, por ejemplo, el número de brotes (bifurcaciones) de una rama a la misma altura de su base (aproximadamente) parecen seguir los números de la sucesión de Fibonacci. La flor de girasol posee sus estambres dispuestos en espirales logarítmicas: 21 que crecen en sentido dextrógiro (como las manecillas del reloj) y 34 en sentido levógiro.
Quizás uno de los ejemplos más clásicos y bellos sea el de la concha del Nautilus (Nautilius Pompilius), un molusco marino gastrópodo (algo parecido a un calamar) cuya concha crece uniformemente alrededor de un centro y hacia el exterior, por lo que adquiere la forma de la espiral logarítmica.
En la imagen superior se muestra en animal con todo y su concha, en las imágenes inferiores se muestran detalles de la concha misma.
Para ilustrar mejor el elegante aspecto de la concha del nautilus hemos elaborado una imagen 3D VRML de ella (para ver y manipular el objeto se requiere de un visualizador de VRML como Cosmoplayer).
Entre los animales marinos también encontramos a las estrellas de mar, que reproducen el pentagrama pitagórico.
También el arte se ha visto influido por la razón áurea. En muchas pinturas y esculturas que incluyen al cuerpo humano como objeto estético se encuentra implícitamente la razón áurea. Pero también se encuentra en la composición de las mismas pinturas o en objetos que nada tienen que ver con la figura humana. Un ejemplo de ello es la arquitectura. En la armonía de la estructura de la catedral de Notre-Dame en París, encontramos múltiples referencias a la razón áurea. En la ilustración de abajo se han hecho explícitos los rectángulos áureos que los arquitectos góticos plasmaron en la fachada.
Ya en la Grecia clásica, en la que la razón áurea fue descubierta, se le utilizó con el mismo propósito: embellecer los espacios hechos por los hombres para honrar a los dioses, plasmando en ellos algo de lo que creemos, es parte del lenguaje con el que divinos geómetras crearon el mundo.