Las ribozimas, el autocorte y el autoempalme

Antes del descubrimiento de las ribozimas, las proteínas eran los únicos catalizadores biológicos conocidos. Desde mediados de los años 60 del siglo pasado, C. Woese, F. Crick y L. Orgel sugirieron que el RNA podría actuar como catalizador, basando esta suposición en que el RNA puede formar estructuras secundarias complejas. La primera ribozima fue descrita en los 80 por Cech, Imagen en el protozoario Tetrahymena thermophila. Esta actividad se ha encontrado en el preRNAr y en el preRNAt del núcleo de ciertas algas, mitocondrias de hongos, cloroplastos y mitocondrias de algunas plantas, varios bacteriófagos e incluso en RNA satélites de virus, como el del mosaico del tabaco.

En la molécula de RNA, las estructuras secundarias, pliegues o bucles, se forman como resultado de la interacción entre dos bases mediante enlaces de hidrógeno, como ocurre entre los pares A-U, C-G y G-U. Esta asociación permite también que dos moléculas diferentes de RNA se unan cuando se encuentran frente a frente sus secuencias complementarias. 

La actividad de las ribozimas está relacionada con la maduración del RNA. Se pueden describir tres tipos de moléculas:

Los intrones del grupo I
La subunidad nucleica de la ribonucleasa P
Los RNA “cabeza de martillo”
 

RNA catalítico


 

 

 

 

 

 

 

 


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